La reducción de la fuerza muscular en la mediana y la tercera edad podría ser un indicador temprano de demencia, según un amplio estudio a largo plazo publicado en la revista Journal of Psychiatric Research (JPR). El trabajo se basó en la observación de casi 6.000 personas mayores de 50 años en Reino Unido y relacionó distintos parámetros físicos con la probabilidad de desarrollar este trastorno.
Para medir la fuerza muscular, los científicos utilizaron varios criterios: la potencia del agarre de la mano, este mismo valor ajustado al peso corporal y al índice de masa corporal, así como el tiempo que necesitaban los participantes para levantarse de una silla, considerado un reflejo de la fuerza de las piernas. El seguimiento se prolongó, de media, durante más de nueve años.
Durante ese periodo, 197 voluntarios fueron diagnosticados con demencia. En el grupo con menor fuerza de agarre, el riesgo de enfermedad resultó casi tres veces superior al de las personas con los músculos de la mano más fuertes. Una tendencia parecida se observó en quienes tardaban más en ponerse de pie: aquellos con peor rendimiento en esta prueba presentaron con mayor frecuencia demencia en el futuro.
Según los autores, estos resultados se mantuvieron estables al margen del sexo y la edad y no cambiaron incluso tras excluir los casos de diagnóstico precoz. Los investigadores concluyen que la fuerza muscular puede ser un marcador sencillo y accesible del riesgo de deterioro cognitivo y destacan la importancia de conservar la fuerza de brazos y piernas en la mediana y la tercera edad como posible vía para prevenir o ralentizar la demencia.


