El cofundador de un asistente de inteligencia artificial (IA) para tomar notas reveló que su emprendimiento, ahora valorado en 1.000 millones de dólares, comenzó con él y su socio haciendo el trabajo manualmente.
Sam Udotong detalló en LinkedIn que Fireflies AI nació después de que él y Krish Ramineni probaran y fracasaran seis veces en su idea original de repartir comida utilizando criptomonedas como pago. Según explicó, decían a sus clientes que tenían una IA que se uniría a su reunión, pero, en realidad, eran ellos dos los que ingresaban.
Una vez que se agendaba un encuentro en línea, ambos asistían bajo el nombre de usuario de 'Fred de Firesflies.ai'. Se quedaban en total silencio y tomaban detalladas notas a mano, que enviaban unos 10 minutos después.
Aunque los jóvenes estaban en quiebra, sobrevivieron comiendo solo pizza. Inicialmente participaron en más de 100 reuniones en línea, hasta reunir el dinero suficiente para alquilar un pequeño departamento en San Francisco y automatizar el proceso. "La mejor manera de validar tu idea de negocio es convirtiéndote tú mismo en el producto", afirmó Udotong.
Aunque la publicación recibió comentarios positivos que calificaron su historia como inspiradora o una muestra de los resultados que se obtienen tras un trabajo duro, otros internautas consideraron que su método fue un "fraude" y una "violación a la privacidad".
