
Una fragata evidencia por qué la Armada de EE.UU. se queda atrás en medio del dominio naval de China

El proyecto del USS Constellation, una fragata de la Armada de EE.UU. equipada con armamento de alta tecnología para protegerse de submarinos enemigos, misiles y drones, se enfrenta a serios retrasos y significativos sobrecostos de millones de dólares frente al creciente poder marítimo de otras naciones, como China, informa The Wall Street Journal, citando a expertos y fuentes.
La construcción del buque militar comenzó a mediados del 2022 y debería terminar en el 2026. Sin embargo, después de más de 2 años, el proyecto solo está completo en un 10 %, según indicó una persona familiarizada con el asunto. A ese ritmo, incluyendo los 2 años previos de diseño, la nave se completará en un total de 9 años, aproximadamente el doble de lo que tardó un astillero italiano en construir los buques en los que se basa. Asimismo, se estima que USS Constellation, la primera fragata de las 20 que se construirán, costará al menos 600 millones de dólares más que su estimación original de 1.300 millones de dólares.

En un esfuerzo por acelerar el proceso de construcción, Washington eligió un diseño probado del constructor naval italiano Fincantieri. Sin embargo, hizo algunos cambios: el casco se alargó unos 7 metros para acomodar generadores más grandes y se reconfiguró en parte porque el diseño se basó en las condiciones relativamente benignas del Mediterráneo. Además, se cambió la hélice para lograr un mejor rendimiento acústico, entre otros ajustes que consumieron mucho tiempo, señala el medio. "La Armada ha realizado tantos cambios en el USS Constellation que un barco que se suponía compartiría el 85 % del diseño de su modelo italiano ahora tiene solo el 15 % en común", explicó Eric Labs, analista de Fuerzas y Armas Navales en la Oficina de Presupuesto del Congreso.
Rezagado en la construcción de buques y el dominio chino
La mayoría de los países son más rápidos en la construcción: de 20 fragatas diferentes producidas recientemente o cuya finalización está prevista en 10 países, todas menos una se construyeron o se construirán en menos tiempo que el USS Constellation, según un análisis del Wall Street Journal. Se trata de buques de guerra de tamaño mediano utilizados para la guerra submarina y la escolta de naves de mayor tamaño, entre otras tareas. La construcción de destructores, los buques de guerra más grandes y fuertemente armados en EE.UU., también es más lenta que la de otros países, se indica.

Así, China superó en los últimos años a EE.UU. en la fabricación de naves más rápidas y económicas. Entre los años 2014 y 2023, la Armada del gigante asiático botó 157 buques, mientras que la del país norteamericano botó 67, apuntó el analista independiente de defensa, Tom Shugart. La flota china es ahora la más grande del mundo, aunque la Armada estadounidense afirma que la calidad de sus buques sigue siendo mejor. "La escala [de la construcción naval china] es prácticamente inimaginable", declaró previamente al medio Thomas Shugart, investigador principal adjunto del Centro para una Nueva Seguridad de EE.UU. "El grado en que eclipsa la construcción naval estadounidense es simplemente increíble", enfatizó.
Los expertos explican que los aviones de combate y algunos sistemas de misiles estadounidenses —como el caza F-35 de Lockheed Martin o el Patriot—, si bien también sufren altos costos y retrasos, no enfrentan la misma competencia internacional que los astilleros estadounidenses. Al mismo tiempo, los barcos norteamericanos de nueva construcción rara vez superan a sus rivales europeos y surcoreanos cuando se venden en el extranjero. "Los barcos estadounidenses son armas de guerra temibles […] pero son caros de construir y también caros de mantener", apuntó Jeremy Kyd, exvicealmirante de la Marina Real Británica que tuvo barcos estadounidenses bajo su mando en ejercicios conjuntos.
Planes bajo la administración Trump
En su discurso ante el Congreso, el presidente de EE.UU., Donald Trump, subrayó que su administración quiere crear una nueva Oficina de Construcción Naval, con el objetivo de aumentar la producción de buques comerciales y militares. También se está preparando una orden ejecutiva para revitalizar la construcción naval en el país y reducir el dominio chino en la industria.
El objetivo más reciente de la Armada estadounidense es aumentar los buques de combate de los 295 actuales a 390 para el año 2054. Teniendo en cuenta las naves que se retirarán en ese plazo, los astilleros estadounidenses tendrían que producir bastante más que en los últimos 10 años, de acuerdo con un informe de enero de la Oficina de Presupuesto del Congreso. Según algunas estimaciones, Estados Unidos tendría que duplicar su ritmo de producción.
Las autoridades también predicen que la construcción naval costará unos 40.000 millones de dólares al año durante los próximos 30 años, es decir, un 17 % más de lo que estima la Armada. Los expertos explican que eso se debe, por una parte, a los aranceles impuestos recientemente por Trump a las importaciones de acero y aluminio, que probablemente aumentarían el costo de los metales producidos localmente que utilizan los constructores navales.