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'Patina y Vive': la escuela venezolana que saltó de las calles de Yaracuy al Mundial de Skate

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RT conversó con el fundador de esta iniciativa que busca cambiar los prejuicios sociales contra las personas que practican el skateboarding callejero.
'Patina y Vive': la escuela venezolana que saltó de las calles de Yaracuy al Mundial de Skate

La pasión por la patineta y sus ganas de cambiar los prejuicios sociales contra los 'skater' o patineteros, lo llevaron a crear —de manera altruista— una escuela de skateboarding para dar la oportunidad a jóvenes de bajos recursos económicos a iniciarse en una disciplina deportiva retadora, que les ha permitido darle un giro transversal a sus vidas.

Esa fue la visión que tuvo Pedro Mejías, un 'skater' venezolano con más de 25 años de carrera que se graduó de la Universidad de Carabobo como Licenciado en Educación Física, Deporte y Recreación; y que desde 2005 fundó la escuela 'Patina y Vive', una iniciativa que surgió con la construcción del primer 'skatepark' de San Felipe, capital del estado Yaracuy, una pequeña ciudad al centroccidente venezolano, llena de historias, tradiciones, cultura, poesía, música, deporte y, sobre todo, arte.

"Patina y Vive nace con la intención de cambiar los estereotipos que pesaban sobre los hombros de la mayoría de los 'skaters', porque siempre se decía que los patineteros eran unos vagos, unos marihuaneros, personas que no hacían nada con su vida", explicó Mejías, quien en conversación con RT detalló que comenzó a enseñar el 'skateboarding' a niños en 2018.

Ahora, Mejías tiene en su escuela a 20 alumnos, en su mayoría niños y adolescentes entre 10 y 17 años, así como dos jóvenes mayores de edad: uno de 18 y otro de 23. Todos participan en competencias locales y en el Circuito de Válidas Nacionales que les permite clasificarse en el ranking de 'skaters' de Venezuela, donde los primeros de cada categoría tienen la opción de representar al país en eventos mundiales.

Ese es el caso de Veruska Tovar, una niña de 13 años de edad, y la única que hace vida en 'Patina y Vive', que ha logrado ubicarse como número uno del ranking nacional infantil, lo que le permitió clasificar al World Skate Games Italia 2024" un mundial de patineteros efectuado en el 'skatepark' de Colle Oppio en Roma, entre el 7 y el 14 septiembre pasado, donde estuvieron 200 de los mejores 'skaters' del planeta.

Además de Veruska, 'Patina y Vive' también ha logrado desempeñarse "muy bien" con otros patineteros, como es el caso de su hermano Enderson Tovar, quien logró ubicarse recientemente como número 1 del ranking nacional infantil, así como otros chicos de la escuela que están entre los 10 primeros de la categorías Juvenil y Open.

Veruska y su amor por la patineta

La pequeña Veruska Tovar, que se convirtió en la primera yaracuyana en la historia en ir a un Mundial de Skate, comenzó su historia de amor con la patineta a temprana edad.

"A los 8 años conocí algo que cambiaría mi vida para siempre, la patineta. Desde el primer momento que agarré una patineta supe que esto era lo que quería hacer. Al principio era sólo diversión pero pronto me di cuenta que la patineta era más que eso, era libertad", dijo la niña.

Veruska cuenta que se enamoró "de la sensación de la patineta" bajo sus pies y así fue que nació el sueño de convertirse en una 'skater' profesional. "Me gustaría conocer otros lugares del mundo y quiero que la gente vea nuestra bandera con mucho más orgullo, para demostrarle a cada niño de toda Venezuela que los sueños no tienen límites".

"Cuando gané mi primera competencia supe que todo el esfuerzo valió la pena y ahora, que represento a Venezuela necesito apoyo, es una oportunidad única y un reto enorme, necesito personas que crean en mí, porque cuando patino no sólo soy Veruska Tovar, soy Venezuela y mi sueño es representar a Venezuela en las próximas olimpiadas", expresó la atleta yaracuyana.

En el Mundial, Tovar logró mostrar su destreza a pocos metros del histórico Coliseo de Roma, donde acumuló sus primeros puntos para el ranking mundial. Allí compitió y superó a atletas de países como China, Bélgica, Japón, Alemania, Francia, Holanda, México y Colombia.

De San Felipe a Roma

Viajar a Roma no fue fácil. "Lograr ir hasta allá fue como un milagro, porque el Ministerio de Deporte no tenía recursos en ese momento para el 'skateboarding'. Sin embargo, cuando faltaban dos semanas, un amigo nos ayudó con los pasajes, el de Veruska y el mío", comentó Mejías.

El entrenador agregó que luego la Federación les gestionó todo el proceso de inscripción al Mundial, así como el hospedaje en Roma. Mientras tanto los viáticos fueron autogestionados, con aportes de algunos privados y rifas que realizó la escuela para recaudar fondos.

"Era la primera vez que los dos salíamos del país y directo a Roma, sin saber el idioma. Sin embargo, la experiencia y ver cómo se desempeñan los profesionales en persona, fue algo que nutrió mucho a Veruska, algo que le va a servir mucho para lo que va a ser su carrera próximamente", explicó.

Ambos viajaron a Italia junto a otros cuatro atletas venezolanos: Vincenzo Nardi, Ian Paul Rengel, Keyth Márquez y María Arias, la primera venezolana que asistió a un Mundial de Skate antes de Veruska, además del entrenador Lawrence Ginnari.

"La experiencia fue maravillosa. Conocer a esos profesionales que uno sólo había visto por televisión en los X Games, la Street League, las paradas olímpicas de la World Skate y verlos en persona es muchísimo más impresionante, porque uno observa el gran nivel que tienen, además de la excelente organización que es digna de ser imitada", agregó Mejías.

Filantropía en patineta

Para Mejías, el propósito de 'Patina y Vive' va más allá de lo deportivo, porque busca que los jóvenes también aprendan disciplina, responsabilidad y valores para la vida.

"La intención y el propósito de 'Patina y Vive' es demostrar que sí se puede tener disciplina, que sí se puede hacer este deporte sin relacionarse con el camino de la destrucción, que sí se puede aprender a levantarse de las caídas y de las dificultades, para hacer las cosas bien en medio de cualquier adversidad".

Por eso, Mejías siembra en los niños una serie de valores para que, además de sus sueños como patineteros, puedan también estudiar y prepararse para su futuro. "Quiero que los chicos salgan adelante, que estudien, que se alejen de los vicios y que hagan su máximo esfuerzo en todas las buenas cosas que puedan hacer".

Mejías trata a los pequeños como si fueran su familia. "A esos niños no se les cobra nada y el objetivo es que salgan adelante. La mayoría de esos niños los encontré en una plaza que está en el centro de la ciudad, un lugar que no se presta para nada bueno. Ahora varios de ellos se han graduado de bachiller y tienen su cupo universitario".

"Sus representantes están muy contentos porque desde que están con la patineta, en vez de ponerse más vagos, como cree la gente, tienen más disciplina y asisten a clases. Lo único que les exijo es que me traigan la boleta de calificaciones de cada momento escolar para que puedan practicar, sino, yo voy a sus liceos para preguntar cómo van", agregó el preparador, quien cuenta con el apoyo de las escuelas para hacer exhibiciones de skateboarding.

"Una vida profesional con la patineta"

Además de fundar la escuela, que se especializa en el 'skateboarding' estilo 'street' o callejero, Mejías siempre quiso que esa práctica fuese reconocida como un deporte y que sus atletas pudieran ganarse la vida profesionalmente.

"Cuando comencé en la Universidad de Carabobo la carrera del deporte, me di cuenta que el 'skateboarding' reunía todo lo necesario para ser reconocido como ahora, porque en ese entonces todavía no era deporte olímpico".

Hacia finales de 2009, recordó Mejías, él comenzó a escribir su tesis de grado: "El 'skateboarding' para la práctica deportiva", un tema del que no consiguió antecedentes en su momento en Venezuela y que tenía la intención de demostrar que debía reconocerse como disciplina deportiva.

"Luego por el año 2016 fue cuando el 'skate' se reconoció a nivel mundial como deporte y fue anexado al circuito olímpico. Eso confirmó la teoría que en su momento propuse siendo un desconocido en Venezuela y a nivel internacional, que esta práctica sí era un deporte y que sí se podía hacer una vida profesional con la patineta".

Uno de sus pupilos, Franyer Tovar, de 17 años, es un ejemplo de lo que soñaba Mejías. "Yo patino desde los 11 años, soy de aquí de Independencia, Yaracuy, y quiero ser un 'skater' profesional y representar a mi país".

"El 'skate' me gusta porque es un deporte que nos enseña a superar nuestros miedos en cada truco que logramos y a no rendirnos. Es una carrera que puedo tomar como profesional", agregó.

Proyección

Lograr la clasificación al Mundial de Roma abrió las expectativas de 'Patina y Vive'. La primera aspiración de Mejías es lograr que las autoridades locales y nacionales apoyen la remodelación del Skate Park de San Felipe, construido hace casi 20 años.

El objetivo es que ese espacio pueda ser modificado y adaptado a las medidas internacionales y olímpicas, para que así los jóvenes puedan tener lo necesario y puedan estar al mismo nivel de los competidores de otros países.

Otra aspiración es que Veruska, al estar ya dentro del ranking mundial, pueda continuar en las competencias internacionales para que pueda sumar puntos que le permitan clasificar a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, misión en la deben sumarse el Comité Olímpico Venezolano (COV), el Ministerio del Deporte y el sector privado.

Otro objetivo de la escuela, es que otros de sus jóvenes puedan ir a válidas internacionales e ingresar en la clasificación mundial. Por ello, el COV debe mirar a estos atletas y apoyarlos para competir en el extranjero.

'Patina y Vive' también se enfrenta a las dificultades de recursos que trae la práctica del 'skateboarding', deporte que requiere de varios implementos que tienen un alto costo como la tablas, ruedas, rodamientos, ejes, guantes, cascos, protecciones, ropa, zapatos, herramientas, entre otros.

"Gracias a Dios hemos tenido, en estos cinco años, personas que nos han hecho donaciones para que los muchachos sigan con su deporte, porque ellos nunca han podido comprar una patineta porque son de bajos recursos".

Sin embargo, dice Mejías, han corrido con la suerte de que cada vez que están a punto de quedarse sin tablas, siempre llega alguien que les da la mano, pero lo ideal, añade, es que cada chico tenga todos sus implementos.

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